La historia y los estudios sociales
Los estudios sociales incluyen la historia, pero también tratan con la geografía, sociología (el comportamiento humano), y el estudio de la organización política del estado. Todo esto es importante porque tiene que ver con la forma de relacionarnos con otros humanos.
La historia
La historia recuenta el pasado. Es importante porque lo que ocurrió en el pasado ayuda en la explicación de lo que ocurre ahora. A los niños les encantan las historias, y casi no existe mejor forma de aprender que al escuchar o leer, especialmente historias verdaderas y cuentos históricos de la vida y las aventuras de personas que realmente existieron.
La historia de la familia y la comunidad. La historia propia del niño, escrito en libritos de recuerdos y en colecciones de fotografías es una manera fascinante de comenzar el estudio de la historia. La historia de la familia, contada por los abuelitos u otros familiares, ayuda al niño a descubrir su relación al pasado. Cuando el niño escribe en su diario de vida o jornal, está escribiendo su propia historia. Se podría coleccionar viejas cartas de la familia y los antepasados, y otros documentos históricos. Quizás exista un pariente famoso en la historia, o por lo menos que participó en alguna batalla u otro momento histórico, o alguien que emigró de un lejano país, estaba relacionado a una familia real, o de alguna manera se destacó. Un primo de mi bis-abuelo se destacó como famoso bandido del siglo XIX, y de allí hemos entrado a una discusión del desarrollo del Oeste, la historia del ferrocarril, de los fusiles, y otros cuantos aspectos de la historia.
En algunos lugares existen sociedades para el fomento de la historia. Los ancianos de la ciudad o la aldea se reúnen para repasar y apuntar las historias de la comunidad, y ¡casi nunca asisten los jóvenes! Pero así se pierde una gran oportunidad de escuchar la historia desde los mismos labios de quienes lo vivieron. También es interesante estudiar los datos en el registro civil y, por ejemplo, la lista municipal de propietarios del sitio donde uno vive. En las comunidades y asilos para ancianos uno puede escuchar relatos en cuanto a costumbres locales, copuchas acerca de los antepasados y juventud de los que ahora son dirigentes en el gobierno local. No olvidar también la biblioteca para encontrar libros relacionados con la región.
Historia nacional y mundial. Las biografías son excelentes recursos para aprender la historia de la patria. Leer una biografía de Simón Bolívar, José de San Martín, o una colección de las cartas de Arturo Prat a su esposa proporcionan un sentido de “estar allí”, casi participando en los eventos ocurridos. En vez de memorizar inútiles fechas y batallas, podemos visitar los museos que preservan detalles de vivencia de los héroes.
Recientemente tuve la oportunidad de acompañar a una familia a bordar el buque histórico “Huáscar” ubicado en el puerto de Talcahuano, Chile. Aunque habíamos estudiado la historia de la batalla de Iquique en el colegio hace muchos años, ahora nos sentíamos conmovidos por el heroísmo de los que perecieron en esa batalla, y también por la gentileza de los que fueron los atacantes. Ahí en los salones y camarotes del buque se contaba la historia, pero también se desplegaba la carta, entre otras, del capitán que ofrecía sus sentimientos de condolencias a la esposa de Prat. Me quedé pensando que todos sufren en la guerra, tanto los que ganan como los que pierden. Muchos de los lugares históricos están dotados de guías que pueden relatar más detalles en respuesta a las preguntas que se les hace.
Quizás lo que más facilita el estudio de la historia es un esquema o bosquejo para facilitar el desarrollo del diseño, es decir las recurrentes causas y sus efectos. Algunas familias repasan la historia desde una perspectiva bíblica o eclesiástica. Otros se interesan en el desarrollo de la democracia entre las naciones. También se puede investigar el pasado desde el punto de vista de orígenes de los antepasados, por ejemplo la historia mundial con relación a los irlandeses o del punto de vista de los moros.
Hemos visto colocar un papel largo en la pared donde se marca los siglos y décadas del mundo. Luego, al conocer algún dato, persona, o ocurrencia, se lo anota en su respectivo lugar en el bosquejo. A medida que se va llenando el papel, los niños desarrollan un sentido de la historia que les ayudará para toda la vida. No se trata de llenarlo con datos, sino de localizar en el panorama los datos que a ellos les interesó para ubicarlos en relación con las mayores etapas históricas.
La historia relacionada con otros intereses. Uno puede interesarse en la historia de la música y del arte, la historia del automóvil o de otras formas de transportación, la historia de la vestimenta, las muñecas, artes domésticas, la genealogía o las religiones. La historia del desarrollo de la medicina, la arquitectura, y otras profesiones, todo esto y mucho más abren a la vista los panoramas del pasado y pueden dar al estudiante una razón para interesarse en la historia.
He conocido niños, que pensaban que la historia era para aburrirse, sin embargo leyendo interesadamente docenas de libros en cuanto a los históricos dinosaurios. Cuando era joven, quedé fascinada con la historia de Enrique VIII de Inglaterra al leer en cuanto a sus seis esposas, tres de las cuales llevaban el nombre de Catalina. Y ahora ¡hasta la muñeca Barbie tiene una historia! Entonces por qué no entrar por donde les lleva sus intereses.
Algunas preguntas que pueden aparecer: ¿Cuánto hay de verdad en las historias publicadas? ¿Qué razón existe para hacer a uno famoso y a otro no? Por ejemplo, ¿es verdad que Cristóbal Colón fue el primero en descubrir al Nuevo Mundo? Lo principal es mantenerse, y animar a los niños a mantener un buen sentido de curiosidad. Hay que tener presente que la historia es precisamente una historia y no una ciencia exacta. Por lo tanto conviene observarla de varios puntos de vista, inclusive algunas opiniones opuestas, lo que sirve para mayor comprensión.
La geografía
Los estudiantes en Chile, hace unos 40 años, tenían que aprender a recitar las provincias con sus capitales y departamentos. Pero ahora el país está dividido en regiones y lo que fue aprendido ya no sirve para nada. En muchas partes del mundo la geografía ha ido cambiando; entonces ¿de qué sirve meter esas cosas en la cabeza? En mi juventud se sabía poco o nada de Afganistán o de Chernobil, de Bagdad o de Beijing. Pero los jóvenes de ahora reconocen esos lugares porque figuran en las noticias de su experiencia.
La geografía es importante porque nos da un sentido de ubicación, un sentido de distancia. Algo así como poder ubicar la mesa cuando vamos a tientas por la casa de noche, la geografía nos ayuda a saber nuestro lugar en el mundo. Por supuesto que experimentarlo sería lo mejor, pero no todos podrán viajar largas distancias. Entonces conviene leer los relatos de aquellos que han tenido ese privilegio. Las biografías de los grandes investigadores y viajantes tales como Magallanes, Marco Polo, Erik el Rojo, David Livingston, y muchos otros nos dan un sentido de los países que investigaron y nos proporcionan oportunidades de sacar el mapa o el globo y ubicarlos. Nosotros siempre colgábamos un mapa en la pared del comedor. Entonces, según las noticias del día o la discusión alrededor de la mesa, los niños se empeñaban a ser el primero en hallar el nuevo sitio en el mapa. De vez en cuando colocábamos mapas regionales en vez de mundiales, porque tenían mayores detalles. Para un niño chico lo mejor sería un plano de su ciudad que muestra las calles conocidas por él.
Si vamos a casa de los abuelitos, alguien va a ir mirando el mapa para comprender cómo se llega a su casa. Poco a poco al hacer sus preguntas, van a ir conociendo los aspectos de los mapas, los símbolos, las distancias relativas, y cómo ubicarse con tal instrumento. Coleccionando estampillas de correo o monedas de otros países, escribiendo a amiguitos “de pluma” en otros lugares, estudiando las migraciones de las aves, observando las etiquetas y los envases de las verduras y la comida para aprender de dónde proviene, todo esto proporciona oportunidades para estudiar el mapa y aprender más geografía.
La sociología
Este tema va junto con la geografía pero tiene que ver más bien con la sociedad, es decir la gente, sus costumbres, lenguas, creencias, y cómo se relacionan con otros. A las familias escolares se les suele preguntar cómo llegarán a ser socializados sus niños. Por lo general, esta pregunta se refiere a la manera de relacionarse adecuadamente con los semejantes. Y la respuesta es que les ayudamos a aprender las habilidades sociales mediante nuestro ejemplo. Si, como padres, tenemos el respeto hacia los bienes ajenos, entonces los niños también serán cuidadosos de lo que no les pertenece. Si ejercitamos nuestro derecho para votar en las elecciones y si obedecemos las leyes, así demostrando respeto para nuestra patria, nuestros hijos aprenderán a respetarlo.
Pero hay personas que preguntan en cuanto a la socialización con otro sentido. Ellos quieren averiguar si los niños sabrán cómo someterse a toda autoridad; si aprenderán a conformarse al grupo y si se les enseñará que hay que ser y pensar como todos los demás. Entonces la respuesta es: No. Mis hijos aprenderán a sentirse tranquilos con quienes son; sabrán pensar por si mismo y serán individualizados en vez de socializados. Su creatividad será apoyada, y sus relaciones con la autoridad serán basadas en el espíritu demócrata de la autoridad propiamente delegada.
Es importante que los niños aprendan acerca de la cultura de otros países. Esto puede ocurrir al conversar con vecinos y conocidos que han viajado, y al acercarnos a extranjeros en nuestro medio. Los niños pueden establecer correspondencia con misioneros y otros que viven en el extranjero. Y ahora con el Internet, esto es mucho más fácil. Podemos hacer un estudio de las fiestas de Navidad o de independencia, comparando las costumbres y formas de festejar, y por supuesto la comida típica.
Algunas familias han hecho el empeño de, quizás una vez al mes, visitar un restaurante típico, ya sea chino, italiano, mexicano, o de otra nacionalidad. Hay que recordar que éstas se adaptan un poco, por lo que un McDonalds en Chile será un poco distinto al de Estados Unidos. Pero por lo menos es una aproximación. Preparando en casa una receta alemana o española o indígena proporcionaría la oportunidad de tener una conversación al tema. Y a la vez se puede añadir la música, los bailes, la vestimenta típica y hasta algunas palabras características del idioma.
He observado a niños absortos en la observación de una conversación animada en la que participan sus padres con amigos. Pareciera no interesarles tanto el tema sino el proceso del discurso social, y después suelen replicarlo en sus juegos de niño. En realidad, después de todo quizás son pocos los pasos desde la mesa familiar a la mesa del debate internacional ¡y los padres son el modelo!
El estudio de la organización del gobierno
La educación cívica trata de lo que nosotros como ciudadanos hacemos para el gobierno. Es decir, votamos, pagamos los impuestos, nos quejamos… . Luego, el estudio en cuanto al gobierno se trata de lo que ellos nos hacen a nosotros, el pueblo: escriben y aprueban leyes, los ejecutan (nos hacen cumplirlas), y se llevan nuestro dinero. Por supuesto que es bastante más complicado, sin embargo éstos son dos lados del delicado proceso por medio del cual se mantiene el orden social. Es un tema realmente importante para las familias escolares. No solamente es necesario comprender las leyes en cuanto a la educación para lograr y mantener la libertad de educar a nuestros hijos en casa, pero hay una segunda razón por la cual nos conviene saber más en cuanto al gobierno.
Por muchas razones, por ejemplo la mejor calidad de su educación y de su habilidad para pensar original y creativamente, los hijos de familias escolares están destinados a ser los dirigentes y líderes en el mundo de mañana. Ellos serán los más adiestrados para discutir los puntos finos e importantes de la democracia, y poseerán mejor que nadie las habilidades necesarias para decidir el futuro de las naciones.
Lleve a su hijo al lugar de votación. Explíquele cómo funciona el sistema, y ayúdelo a comprender la importancia del proceso mediante el cual elegimos a los candidatos. Lleve al niño de mayor edad a un congreso nacional, o introdúzcalo a su diputado o senador. Ellos son meros hombres y mujeres igual a sus semejantes a quien representan, y están (o deberían estar) interesados en nuestras opiniones políticas. La familia puede participar escribiendo cartas al diario acerca de temas controvertidos o sobre asuntos que merecen atención pública. Mientras más nos acercamos al gobierno como pueblo, mejor nos podrá servir ese gobierno, pues en una democracia el gobierno es nosotros finalmente. Hagamos un ejemplo para nuestros hijos de lo que es asumir la responsabilidad.
Otras actividades pueden ser una visita a la municipalidad, donde el personal estará disponible para contestar algunas preguntas. También sería bueno aprovechar de asistir a un proceso judicial para ver cómo funciona (y conocer lo que cuesta ser un reo…). Si es uno de los padres el que tiene que pagar la multa, con más razón se interesarán los niños. Además, se puede hacer una visita al alcalde, hablar con los bomberos (cuando no están asistiendo a un incendio). Los policías, los mantenedores de caminos, y los que llevan la basura también pueden explicar algunas cosas en cuanto a lo que es trabajar para el gobierno, es decir, nosotros.
Cuando apuramos a nuestros niños A alcanzar la adiestrada ejecución de habilidades, Cuando les organizamos la vida diaria hasta que no encuentran siquiera un momento para la contemplación, les disminuimos la posibilidad de pensamientos genuinos y del crecimiento individual. — Eda J. LeShan